Escrito en 2010: El 26 de abril del 2010 ya hizo un mes que un gran amigo se fue de gira. Nos dejó para mirarnos desde arriba. Se fue a una vida mejor, más placentera. Y cuando un amigo se va a uno se le estruja el alma, se le va la voz y

reviven los recuerdos de los asados, los mates, las fiestas y cumpleaños compartidos; los buenos y los malos momentos que se pasaron juntos; los sueños también.coco

Se fue pero sigue presente como ese amigo que jamás olvidaremos; aquel que más de una vez nos dio un consejo o nos tendió una mano.

Se fue pero nos dejó a Silvia, su esposa; nos la dejó porque siempre supo que sola no iba a quedar, que a su lado íbamos a estar aquellos que siempre estuvimos incondicionalmente, sus hijos, sus amigos, los de aquí (y los de la distancia también), Rocco, Candela (según dicen, los mejores amigos del hombre, sus perros), que el tanto amaba.

Don Ángel Caruso, para nosotros Coco, no sólo fue amigos de muchos de nosotros aquí, sino un conocido de todos los punteños, de aquellos que vivimos desde los primeros días, desde su fundación.

Si alguien por allí preguntaba por Don Coco, seguramente te iban a decir: ¿“ah el señor de la pipa?” Sí, ese mismo, uno de los tantos pioneros que decidió poblar estas tierras creyendo en un futuro mejor.

Estas son meras palabras de agradecimiento “Coco” por brindarnos tu amistad, tu sonrisa cálida y el abrazo cordial a todos aquellos que tuvimos la oportunidad de tenerte a nuestro lado y que seguramente lo sigues haciendo desde algún rincón celeste, escondido detrás de una estrella.

Escrito por Viviana Pochettino

Agradecimiento:

La señora Silvia Farías de Caruso agradece enormemente el apoyo, el cariño y la contención recibida por parte de sus hijos, hijos políticos, amigos y allegados en el difícil momento que le toca atravesar por el fallecimiento de su esposo Ángel “Coco” Caruso.

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